Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 71 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Es un hecho que Jesús está enamorado de nosotros. Tanto como anheles estar en Su presencia, Él es el Amado en el Cantar de los Cantares quién está esperando por ti en el jardín. Cantar de Salomón 6:2-3 Mi amado descendió a su huerto, a las eras de las especias, Para apacentar en los huertos, y para recoger los lirios. Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; él apacienta entre los lirios. Cantar de Salomón 8:13 Oh, tú que habitas en los huertos, Los compañeros escuchan tu voz, házmela oír. Haz de la alabanza tu agenda. Hazle tu Primer Amor y pásate tiempo con Él. Cuando seas fiel, Él te invitará a Su mesa. Tal vez haya alguna prueba para comprobar la sinceridad de tu hambre. Puede haber también obstáculos de tu carne intentando componer y distraer tus pensamientos y tu tiempo, queriendo apartarte del tiempo íntimo con Él. Pero mantente en el curso. El Espíritu Santo es tu amigo, comisionado por Jesús para ayudarte a través de este programa de entrenamiento de venir más cerca de Él. Empezando Nuestro hijo más joven, Mikel, estaba aprendiendo a levantarse de la cama y alabar a Dios como la prioridad cada mañana. Al principio él terminaba su vocabulario de alabanza en los primeros cinco minutos. Pero él fue el que quiso comprometerse a hacer esto. Al permanecer fiel para alabar al Señor cada mañana, empezó a disfrutar de más tiempo con Él. Después de aproximadamente una semana, el Señor le mostró una visión de un gran vaso de beber. Entonces lo mostró que así como tú no le darías un vaso con unas pocas gotas de agua no más a alguien que te ha pedido un vaso con agua, que así Mikel no le diera al Señor sólo unas gotas de alabanza por la mañana. ¡El Señor quería un vaso lleno! Alaba a Dios por Su bondad y Su gracia, y por Su prontitud para enseñarnos a cada uno de manera que podamos entender si permanecemos fieles en pasar tiempo con Él. Poco tiempo después, mi hijo fue llevado por el Señor para testificarle a otro, a un amigo de nueve años que Mikel y su hermano mayor, David, habían estado enseñando. Mikel le preguntó al Señor cómo hacer esto y Él le dijo. ¡Mikel obedeció, llevó al amigo a Cristo y después también le ayudó a ejercer la fe para empezar a hablar en lenguas! El Espíritu Santo nunca pierde el interés en nosotros, y no debemos ponernos impacientes y dejarle a Él, aun cuando no veamos resultados inmediatos. Permitámosle ayudarnos a echar fuera el orgullo, incluso el orgullo que no sabíamos que teníamos. De buena gana rindámosle todas las identidades acerca de nosotros mismo que nos han sido más queridas que Jesús, la Perla de gran precio.

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