Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 70 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor probablemente hicieron poca diferencia. No obstante, se necesita sabiduría para compartir lo que el Señor nos haya revelado. No es fácil evitar que el orgullo se extienda. Algo de nuestro orgullo es visible a nosotros, y algo no lo es. Pero en cualquier caso, debemos librarnos de él-todo según el Espíritu Santo nos dirija-para oír claramente al Señor. Nuestra carne luchará contra la disciplina de pasar tiempo ante Él y aprender a estar en quietud cada día. No me olvidaré tan pronto de uno de los programas de entrenamiento del Señor, cuando Él me comisionó a escribir este libro. Un día, una profeta que yo respeto y admiro me llamó para decirme una palabra que el Señor le había dado a ella para ayudarme. Yo había dejado tanto una carrera secular lucrativa como la carrera del ejército para seguir la clara instrucción del Señor para mí. Había asumido un maravilloso pastorado rural y había disfrutado varias jornadas exitosas como misionero en el extranjero. Las finanzas se habían puesto difíciles, y dentro de mi corazón, sin comprenderlo, había asumido una actitud orgullosa de estar "sufriendo por el Señor." Era sutil, y yo no lo reconocía. Pero Dios lo hizo. Oír Su reproche, aunque suavemente entregado, no fue al principio, una experiencia muy agradable. Habría sido más fácil de aceptar si el Señor me lo hubiera dicho a mí primero, en lugar de a otro ministro. Pero el orgullo bloqueó mi oído a lo que Él probablemente intentó comunicar directamente a mí. Me arrepentí. Otra capa de mi corazón fue traída a la superficie, para rendirla ante el Señor. I Pedro 5:5 nos dice que Dios resiste al orgulloso. La humildad, siendo lo opuesto al orgullo, fue la primera lección que el Señor necesitó enseñarle a Israel en el desierto para ayudarlo a usar esta clave esencial para recibir revelación consistente-cómo oír y obedecer la voz del Señor diariamente. ¡Qué gozo fue tener mi orgullo revelado, ya que así podía ponerlo a los pies de Jesús! Necesitamos animarnos unos a otros a seguir rindiendo nuestro corazón y nuestra carne al Espíritu Santo. Ni uno puede ser lo suficientemente limpio por sí mismo para ser aceptable en Su presencia y a Su mesa. Debemos confiar en el Espíritu Santo. Debemos pedirle que nos lleve a través de nuestro campamento de entrenamiento del desierto, pidiéndole que nos ayude para despojarnos del orgullo que muchas veces no sabemos que tenemos. Nuestra meta es amarlo ¿Estás tú preocupado o frustrado acerca de no oír Su voz? No debe ser así. Él quiere hablar contigo más de lo que tú lo deseas. Anhela pasar tiempo exclusivo contigo cara a cara. Una cosa que ha ayudado a muchos creyentes a aprender a oír la voz del Señor es reconocer que nuestra meta no es tanto oír Su voz como pasar tiempo con Él en alabanza y adoración. Disfrutamos profundamente adorándole y queriendo estar con Él. Oírle hablar en nuestro espíritu es un derivado de nuestra relación con nuestro mejor amigo. Él espera con regocijo estar contigo por toda la eternidad.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTU1OTMyMg==