Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 119 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Para estar seguro de que Sus discípulos entendieron este mensaje con toda claridad, el Señor dijo de nuevo: Juan 10:7-17 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Si nosotros como pastores y ministros del Señor no estamos enseñando a Su pueblo como escuchar Su voz, estamos evadiendo nuestras responsabilidades. No deberíamos de estar a cargo de un rebaño, pues no tenemos los medios para cuidar de él. Solamente Jesús, a través del Espíritu Santo, puede cuidar del rebaño apropiadamente, pues las ovejas son Su pueblo y solamente Su pueblo. Sin revelación rhema de Él, los ministros no somos nada y nada podemos hacer. Duros hechos, pero es mejor que oigamos ahora, nos arrepintamos y aprendamos a vivir por toda palabra de revelación que salga de Su boca para poder cuidar de Su pueblo adecuadamente. De otra manera, el juicio será áspero y severo. Recuerda: Cada uno de nosotros somos miembros del Cuerpo de Cristo en particular. Cada uno tenemos talentos y habilidades que Él nos ha dado y está en la disposición de darnos–talentos y habilidades espirituales que puede desarrollar en nosotros para ser capaces de servir en Su Cuerpo. Solamente el creyente individual puede llevar a cabo ese papel, y la única manera en que podemos lograr ver cual es ese papel es aprendiendo a caminar en el camino de revelación diaria del Señor. Israel reprobó el plan de estudios del Señor en el desierto. Jesús salío con cien por ciento. Qué nosotros aprendamos a seguir Sus pasos y seamos conducidos por el Espíritu que Él nos ha dado para que nos guíe en Su camino. ¡AMÉN!

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