Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 118 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Pero hay ladrones y salteadores. Éstos pueden ser la jerarquía religiosa, los que hablan versículos Bíblicos pero que no se sientan a la mesa del Señor. Ellos siguen la Biblia como los fariseos lo hacían40, pero no discernirán ni siguen el camino del Señor a través de seguir Su voz. Hay una marcada diferencia. Unos caminan por el Espíritu, los otros por vista. Unos han establecido una relación personal aprendiendo a entrar al santuario del Señor. Los otros no. Unos son activos y se dejan enseñar, los otros son presuntuosamente intelectuales. Unos son íntimos con la fuente de vida, los otros tratan de discernir a distancia. Sólo el Espíritu Santo puede conducir a una persona dentro del santuario. Pero los ladrones y salteadores típicamente rechazan la intimidad con el Pastor. Ejemplos típicos de nuestros días incluyen el rechazo de la disponibilidad del Espíritu Santo y sus dones. En esencia, los ladrones y salteadores no han encontrado a Jesús. Aunque a menudo ellos pueden clamarle a Él, nunca obtendrán respuesta. Esta condición de no escuchar la voz del Maestro debe cambiar o el rebaño pastoreado por tales ministros será devorado y disfuncional, lleno de carnalidad. Las congregaciones carnales son el resultado de un liderazgo que no se alimenta continuamente a la mesa del Señor para aprender Su camino. El arrepentimiento puede cambiar esta condición rápidamente. Éste es el mensaje a las siete iglesias del Apocalipsis en los capítulos dos y tres. Los ministros que no han aprendido a escuchar el sonido de la voz del Señor son ladrones y salteadores. Con el arrepentimiento, esta situación puede cambiar inmediatamente. El primer criterio para ser un pastor sobre un rebaño es ser capaz de escuchar la voz del Pastor. Primero, debemos ser ovejas y aprender a alimentarnos de Su pasto y permanecer dentro de la protección del redil. Conozco esta situación muy bien. Yo era un pastor, que solía hacer oraciones de una sola vía. Aunque era un ministro ordenado del Evangelio de Jesucristo, no conocía el sonido de Su voz para mí. Por Su misericordia, Él me ha conducido a tal lugar. ¿A cuánta gente he herido por no conducirla a comer de la mesa de Jesús? ¿Cuántos de mis anteriores esfuerzos pastorales fallaron en discernir los ataques de los lobos, y cuántos maravillosos creyentes fueron devorados consecuentemente? Me estremezco al pensarlo, y me he arrepentido sinceramente delante de Su trono. Una oveja que no ha aprendido a escuchar la voz del Pastor no escuchará el llamado para huir de los pastos donde los lobos salen a merodear de noche. Ninguna congregación debería estar expuesta a semejante riesgo. Si una persona no conoce el camino del Señor para recibir maná revelado, encontrará su propio camino–el camino sin revelación y con la religiosa carnalidad. 40Juan 5:39–Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.

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