Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 79 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Capítulo 8 Volviéndonos mejores amigos con el Señor Uno de las secciones más emocionantes de la Escritura para mí es lo que Jesús les enseñó a Sus apóstoles durante el paseo al jardín. ¿Si tú supieras que esta noche sería la última vez que podrías estar con su familia antes de seguir una jornada larga y peligrosa que podría impedirte de por vida verlos de nuevo – que le dirías a tu querida esposa o a su marido? ¿Qué les dejarías como legado, en palabras, a tus estimados hijos? Saliendo de la cena después que Judas salió para traicionarlo, Jesús les dijo a Sus discípulos más íntimos acerca de Su salida inminente. Él los exhortó a amarse entre si como una señal de Su amor por el Padre. Les dijo acerca de la necesidad de Su partida y que estaba saliendo para traerles un Consolador, un Auxiliador, un Guía que siempre estaría con ellos. Durante este tiempo, el Señor también les dijo que ellos ya no eran sirvientes no más, sino amigos. Juan 15: 10-15 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor, pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. La relación del Señor con Sus apóstoles era muy estimada e íntima. Ellos vivían, viajaban y ministraban juntos. Jesús llenó sus corazones de temor y asombro cuando Él les enseñó, sanó y liberó a las multitudes de sus aflicciones. Ellos estaban parados junto a Él en las disputas con los fariseos, y ayudaron a distribuir los cinco panes y dos peces multiplicados a los miles de personas. Su relación con el Señor era como la de unos discípulos y Su Maestro, y de sirvientes para Sus necesidades. Ellos estaban en temor del Cristo Ungido. Pero aquí en Sus últimos momentos juntos, Jesús re-definió su relación de sirvientes a amigos. La norma de compromiso es total para el tipo de amigos que Jesús quería. Las amistades de hoy son más temporales, mucho menos comprometidos y mucho más volátiles que la verdadera naturaleza de la amistad de que Jesús les hablaba a Sus apóstoles.

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