Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 75 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Hebreos 11:8-10 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometido como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba a la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Abraham recibió una revelación asombrosa para dejar casa y viajar para encontrar una ciudad descrita en dicha revelación. No es empequeñecer la inspiración divina de la Biblia, decir que Abraham no tenía una relación con el libro de Dios. Él tenía una relación con Papá Jehová. ¿El hecho de que Abraham fue llamado amigo de Dios indica porqué él consiguió tal revelación? Dios no ondeó Su mano sobre Abraham y lo escogió para hacerlo un amigo íntimo suyo. Abraham escogió permanecer cerca de Dios, aprendiendo el sonido de Su voz, y entre más tiempo él pasó con el Padre, más pudo el Padre revelarse a él. Mientras más Dios le reveló, más fe Abraham pudo ejercer cuando él obedeció el rhema que Dios le dio. De allí, los milagros. Probando la fe de Abraham Dios incluso probó la fe de Abraham. Dios demanda de nosotros que ofrezcamos ante Él todo lo que consideramos como lo más querido para nosotros. Dios le pidió a Abraham que sacrificara a su hijo prometido. Isaac era la cosa que Abraham más estimaba. La obediencia de Abraham es algo asombroso de contemplar. Pero apartemos la obediencia a un lado por un momento, y consideremos su relación de plática amigable con Dios. Somos llamados a tener un compañerismo de diálogo con el Padre, aun mejor que el que Abraham tenía. Esto es el resultado del trabajo terminado de Jesucristo. ¡Observe la confianza que Abraham había desarrollado en oír la voz de Dios a él! ¡Qué relación de amistad que ellos tenían! Este tipo de intimidad sólo crece con la frecuencia del contacto. Cada uno de los grandes hombres y mujeres restantes, mencionados en el resto del capítulo 11 de Hebreos, caminó en fe, realizando la revelación que ellos habían recibido previamente. Cada uno aprendió a oír la voz del Señor, confiar en Él y obedecerlo. Esto es lo que el primer versículo define como tener fe. Podemos hacer lo mismo. ¡El Señor desea que lo hagamos! Construyendo fe La parte de fe realmente es la parte fácil. Desarrollamos confianza naturalmente en personas que viven cerca de la casa y en nuestras comunidades. Desarrollamos confianza en el Señor también permaneciéndonos cerca de Él. Nos gusta creer que nuestros amigos íntimos siempre estarán allí para ayudarnos, y también que nosotros lo estaremos para ellos. Confianza en creer en otra persona es un resultado del contacto, tiempo y abrir íntimamente los corazones. Dios abre Su corazón cuando nos tomamos tiempo para escucharlo.

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