Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 59 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Dios quería hablar con todo Su pueblo, pero su miedo lo impidió. El temor, normalmente en la forma de ansiedad, todavía hoy, detiene a algunas personas; aunque Jesús rasgó el velo de separación que impedía entrar en el Lugar Santísimo22. El Señor quiere claramente que tú y yo comulguemos con Él sin más velos de separación. Samuel aprendió a ministrar al Señor Con el establecimiento del orden sacerdotal de acceso en la parte más santa del templo, Dios se limitó a Sí mismo para conversar con el sacerdote designado una vez al año23, y regularmente a los profetas. La referencia a Samuel como un muchacho joven en el templo refleja un tiempo cuando había poca revelación porque el oficio sacerdotal estaba siendo descuidado. I Samuel 3:1 El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia. La palabra del Señor en este verso se refiere a la revelación. Era preciosa, es decir rara, para ese tiempo porque en esos días, había muy poco servicio eficaz para el Señor, hecho por los sacerdotes. Consecuentemente, no había visión abierta. Para prevenir la pérdida de la lámpara de la presencia de Dios y la luz de Su revelación, el Señor empezó a levantar a Samuel despertándolo primero, y enseñándole luego a oír Su voz. I Samuel 3:3-7 Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y el respondió: Heme aquí. Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó. Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamdo? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Samuel, dedicado desde su nacimiento para el servicio al Señor, aprendió a oír la voz de Dios durante esa noche. Elí, el viejo sacerdote dormilón, no la oyó. Sus oídos espirituales deberían de haber estado sintonizados, pero él hacía mucho tiempo que ya no ejercía su oficio sacerdotal responsablemente24. El corazón de Samuel estaba para ministrar al Señor. Samuel, no Elí, oyó Su voz. Pero incluso en medio del letargo espiritual, Elí reconoció la firma de la manera del Señor-la revelación de Su palabra-el 22Lucas 23:45-Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. 23Hebreos 9:1-14; Éxodo 25:21-22, 30:10 24I Samuel 2:12-17

RkJQdWJsaXNoZXIy MTU1OTMyMg==