Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 55 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Jeremías 33:3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Salmos 99:5-9 Exaltad a Jehová nuestro Dios, Y postraos ante el estrado de sus pies; El es santo. Moisés y Aarón entre sus sacerdotes, Y Samuel entre los que invocaron su nombre; Invocaban a Jehová, y él les respondía. En columna de nube hablaba con ellos; Guardaban sus testimonios, y el estatuto que les había dado. Jehová Dios nuestro, tú les respondías; Les fuiste un Dios perdonador, Y retribuidor de sus obras. Exaltad a Jehová nuestro Dios, Y postraos ante su santo monte, Porque Jehová nuestro Dios es santo. El Rey David sabía acerca de pasar tiempo con el Señor. Mientras que a mí me gusta llamarlo "cenando a Su mesa" de Apocalipsis 3:20, David se refirió a ello como "morando en el lugar secreto del altísimo," como el templo, el tabernáculo y como Su casa. Salmos 91:1, 9 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, Salmos 27:4-5 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto. David no estaba hablando sobre vivir en el templo con los Levitas. Estaba hablando acerca de vivir en el reino del espíritu en el cuarto del trono. Estaba hablando acerca de vivir en el lugar secreto del Altísimo, cenando a Su mesa, comiendo Su maná y regocijándose en Su presencia. Era eso lo que Moisés llamó el lugar de reunión del tabernáculo. Todas éstas son descripciones para una relación personal e íntima con el Señor. De hecho, fue la pérdida potencial de esta relación lo que humilló a David ante la declaración del profeta Nathan acerca de su pecado con Betsabé cuando él le dijo: "Tú [David] eres ese hombre." En el Salmo 51, David clamó una respuesta de Dios, suplicándole a Él que no quitara Su Espíritu de él. ¿Por qué? Para que no perdiera el gozo de Su presencia cuando él fuera a visitarlo a Su mesa, en el lugar secreto.

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