Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 46 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. El Evangelio de Juan, capítulo 1 declara que Jesús es la Palabra. No debe ser ninguna sorpresa que Él le dio el libro de Apocalipsis a Juan. Jesús lo recibió de Dios. Cada uno se comunicó a través de palabras por el Espíritu. Jesús instruyó a Juan (versos 9-11) para escribir lo que él estaba oyendo por revelación en un libro y para enviarlo a siete iglesias específicas. Juan estaba ministrando, algunos dicen en el exilio, en la isla de Patmos en ese momento, a cerca de 35 millas fuera de la costa de la moderna Turquía de hoy en día. John no cuestionó a los detalles tontos como, "¿Cómo voy a conseguir imprimir y mandar esto por correo a todos estos lugares, aún si yo encontrara suficiente papel para hacerlo?" Él sólo obedeció lo que el Señor le dijo que hiciera. En el segundo libro de Pedro, vemos cómo otros respondieron a una indicación similar del Señor a través del Espíritu Santo, dándoles palabras de revelación: II Pedro 1:20 y 21 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Tanto la profecía como la revelación, vienen por el mismo Espíritu. Fue el Espíritu Santo, actuando a través del don de espíritu santo dentro de Juan, lo que lo movió a escribir lo que Jesús le dictaba. Este proceso es aún más claro en los relatos de Pablo a los Gálatas. Gálatas 1:11 y 12 Más os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. Jesús le dio revelación a la iglesia y le encargó que la escribiera. Sólo hay un autor de la Biblia-muchos escribas, pero un solo Autor. Todos estos escribas, primero aprendieron a reconocer la voz del Señor y a depender de ella. Aprendieron a llevar a cabo la Palabra de Dios, tal como ellos la recibieron. Necesitamos hacer lo mismo si vamos a jugar en Su equipo y contribuir con algo a la edificación de Su iglesia. II Timoteo 3:16 y 17 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para reargüir, para corregir, para instruir en justicia,

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