Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 41 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor la revelación se obedece y se lleva a cabo, el milagro es energizado a la realidad física por Dios. En el capítulo 7, este tema se muestra más claramente en el estudio de Hebreos. Mientras más tiempo pasemos en adoración y alabanza exclusivamente al Señor, más cenamos a Su mesa, y más revelación recibiremos. Consecuentemente, más milagros haremos. Por ejemplo, ¿Dónde estaba Pedro cuándo el Señor le dio la revelación para ir a la casa de Cornelio? Pedro estaba en la azotea ¿Qué estaba haciendo Cornelio? Él es nombrado como un hombre devoto en Hechos 10:2, uno que siempre oraba. La revelación que ellos recibieron movió el evangelio desde su centro en Jerusalén hacia el mundo gentil. Nadie puede negar el impacto que la Palabra escrita ha tenido para la cristiandad. Hoy, las personas (generalmente aquellos que no consiguen mucha revelación), a menudo minimizan, o incluso desacreditan el pensamiento de que las palabras rhema son esenciales para el camino cristiano. No debe haber ninguna contradicción entre la revelación recibida y la Escritura, si la revelación recibida viene del Señor. La Palabra escrita siempre debe validar el rhema recibido. Es importante reconocer que la mayoría de la iglesia de principios del primer siglo no tenía la revelación Paulina, o los evangelios escritos para guiarlos. ¿Qué tenían ellos entonces, después que Jesús fue crucificado? Tenían lo que se supone que nosotros tenemos-una línea de teléfono diaria y directa con el Señor. Juan 15:7-8 Si permanecéis en mí, y mis palabras [rhemata] permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. ¿Cómo es Dios glorificado y cómo crece el fruto? Todo el fruto espiritual viene de la fortaleza de la vid. Jesús es la vid y nosotros los pámpanos. Un pámpano necesita nutrición diaria, y nosotros también. Muchos cristianos pueden ser débiles ramitas porque no comen lo suficiente a la mesa del Señor. Consecuentemente, fallan en adquirir revelación, el maná necesario para hacer la voluntad del Señor ese día. También, el amo del viñedo debe podar las ramas infructíferas y débiles, para producir mejor fruto. Juan 15:1-4 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Cómo saber cuando estás permaneciendo en el Señor Hay una manera sencilla de saber si estás permaneciendo en el Señor. ¿Está Él podando tus ramas? ¿Estás tú siendo conducido a limpiar cosas en tu vida? ¿Estás siendo llamado a caminar más cerca de Él y ser más honesto en tus relaciones con otros? ¿O continúas

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