Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 32 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor "He aquí yo estoy a la puerta y llamo." Abrirás tú a Él, la puerta de tu corazón cada día? ¿Tomarás tú el tiempo para sentarte con Él a Su mesa de modo que pueda compartir Su corazón contigo? ¿Tomarás tú Su yugo para obedecer las cosas que Él compartirá contigo? Los mejores amigos sólo aman y quieren lo que es mejor para ambos. Pasa tiempo con tu mejor Amigo cada día, y quédate para comer la comida plena, no sólo el aperitivo. ¡Te asombrará de las cosas que Él te dirá! Aprendiendo a ser fiel Deseo haber aprendido a ser fiel acerca de cenar diariamente con el Señor la primera vez que Él me lo dijo. Cierta vez al mediodía, yo iba caminando para almorzar en una acera ancha, mientras estaba en un seminario de entrenamiento. Yo había sido transferido del servicio activo de la armada a las reservas, y entré en el seminario junto con mi esposa, Rita. Dos veces en nuestros tres años de escuela, el Señor me detuvo en la acera para decir que si yo tomaba el tiempo para hablar con Él todos los días, cambiaría mi vida y mi ministerio. Él no me estaba hablando con respecto al tiempo de la oración. Él estaba hablando acerca de estar a solas con Él y permitirle hablar abiertamente e íntimamente conmigo. Dieciséis años pasaron antes de que finalmente llevara esto a la práctica diaria. Aunque pasaba tiempo diariamente en oración con Él, mi compañerismo y tiempo, escuchando lo que quería decirme, era sólo algo esporádico durante cualquier semana dada. Mirando ahora hacia atrás, veo que aunque Él compartió lo que pudo durante el tiempo que le cedí, me tomó dieciséis años antes de que yo me comprometiera finalmente a serle fiel y literalmente llevar a cabo "cenando con Él," las instrucciones que me dio ese día en la acera. De nuevo, no estoy refiriéndome solamente a hablar con Él durante el tiempo de oración. Estoy refiriéndome a tomar el tiempo para hablar con Él, dedicando la mayor parte de dicho tiempo a escuchar Su contestación, y hacerlo diariamente. Dos años después de graduarme del seminario, me hice un ministro de tiempo completo, y viajé extensivamente alrededor del mundo enseñando la Biblia. Pero como suele pasar cuando no nos quedamos suficientemente cerca de los labios del Señor, que me agoté completamente, después de aproximadamente ocho años. Imagínate, yo estaba muy activamente enseñando la Biblia y haciendo todas las cosas que religiosamente (pero sin revelación), fui enseñado a hacer. Me trasladé a otro estado para empezar algunos grupos de compañerismo de iglesia en casas. Para sustentar a mi familia me fui a trabajar como ingeniero de manufactura industrial. Luego, llegué a ser gerente de ingeniería para una división de la compañía Fortuna 200. El Señor nos sanó a mí y a mi familia, y me enseñó de nuevo acerca de la humildad ante Él. Pero no se lo hice fácil. Un día, el Señor me dijo que dejara la reserva naval. Ya era un comandante a tiempo completo. Me tomó tres años para obedecer porque me gustaba la armada. Pero Él me dijo que ésta era su tercera y última advertencia. Obedecí y renuncié a mi comisión de 17 años. Yo comprendo ahora que esto era necesario porque la posición relativamente mayor que había alcanzado era una fortaleza de orgullo para mí. El orgullo mata la intimidad con el Señor más rápido de lo que tú puedes deletrear esa palabra.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTU1OTMyMg==