Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 29 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor el trabajo de satanás. Como instrumentos de poder espiritual, las palabras deben ser cuidadosamente emitidas y toda palabra ociosa (argos, significando: perezosa, descuidada, inútil, hueca, injuriosa, estérilvii), será juzgada en el día del juicio (Mateo 12:36). Los cristianos debemos cuidar nuestras palabras con el mayor esmero posible. ¿Cómo Jesús Reprende y Castiga? El Señor reprende y castiga vía las palabras. Pero si los miembros de Su cuerpo no han aprendido a oír Su voz, ellos no podrán oír Su reprensión y castigo. Él no puede conseguir advertir mediante mensajes a la persona que no ha aprendido a oír. Él no puede ayudarles a entender Su corazón para con ellos, ni les da la revelación que ellos necesitan para evitar caer en trampas y líos en la familia, el trabajo, el matrimonio, etc. Uno podría pensar, "Pero yo pensé que Dios puede hacer algo, incluso penetrar al más duro de los corazones." Sí, pero hay algunas cosas que Él escoge no hacer. Por ejemplo, Él escogió cortejar a Israel durante cuarenta años en el desierto en lugar de obligarles a que vengan a Él. Israel falló en oír y responder. La generación entera de las personas que fueron milagrosamente liberadas de Egipto endureció sus corazones contra Dios y Su voz. El método de Dios no ha cambiado desde entonces. Él quiere que oigamos Su voz y que no endurezcamos nuestros corazones, igual que quería para Israel (Hebreos 3:1415; 4:6-7). Entremos a nuestro desierto aprendiendo a ablandar nuestros corazones a través de oír la voz del Señor cada día. Aprendiendo cómo oír las palabras espirituales Una gran llave para aprender cómo oír está en la parte final del versículo 19: Apocalipsis 3:19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. Debemos ser celosos para arrepentirnos. El arrepentimiento no es tan simple como decir, "yo lo siento." Arrepentirse involucra un cambio de dirección, no sólo evitar repetir el error, sino corregir cualquier posible consecuencia. Se requiere un cambio total del corazón, motivos, intenciones y acciones. Por ejemplo, una persona podría cometer un error amargamente doloroso en un matrimonio y entrar en los amargos trámites políticos del divorcio. Uno de los esposos se arrepiente y auténticamente cambia su corazón. El otro también puede hacer eco de las mismas palabras pero todavía negarse a dejar su amargura interior. Esa persona puede hablar acerca del perdón con su voz, pero todavía se niega a volver a la vida matrimonial. ¿Quién realmente se ha arrepentido? El requisito de entrada para el compañerismo alrededor de la mesa de Jesús es ser celoso al cambio, arrepentirse. Ésta es una cuestión del corazón, no de la laringe. Y aquellos cuyos corazones no pueden oír, no oirán a Jesús. Él ama a todos. Yo también amo a muchas personas, pero no ceno con todos ellos, y tampoco lo hace Jesús. No estamos hablando sobre amor, estamos hablando acerca de tener íntimas conversaciones del corazón con el Amo. Aquellos con quienes Él puede tener compañerismo en un nivel íntimo son aquellos cuyos corazones están limpios en arrepentimiento, y que eligen abrir

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