Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 24 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Realizando la obra de Jesús por revelación Es mediante el proceso de aprender a oír Su voz que recibiremos la revelación necesaria para no sólo hacer las obras que Jesús hizo, sino para hacer obras aun mayores, tal como se menciona en Juan14:12. ¿Blasfemia tú dices? ¿Imposible? ¿Después de todo Jesús es el Hijo de Dios y tú y yo simplemente meros hombres y mujeres? ¿Estas cosas no simplemente se acabaron con los apóstoles? No, vamos a dejar a Jesús quitarnos de la neblina. La blasfemia es el fallo en creer lo que está escrito en la Palabra de Dios. La blasfemia está en nunca aprender a oír Su voz y en nunca aprender a obedecerla para caminar en el poder de un Dios inmutable. La blasfemia está en rehusarse a salir del bote y caminar hacia Cristo sobre las aguas cuando Él nos dice que vayamos. La revelación no es sólo para los “especialmente dotados.” No hay tal cosa en los ojos del Señor, ya que Él no hace acepción de personas. Las manifestaciones del Espíritu Santo son para todo hombre de acuerdo a I Corintios 12:7, y los dones son luego listados en los versículos 8 hasta el 10. “Para uno” y “Para otro,” son más acuciosamente traducidas “Pues para uno” y “Para otro,” significando para beneficio de uno y otro más, no para una persona o para otra. Por años hemos sido confundidos con la “teología de los dones.” Pero el don al cual nos referimos en estos versículos (no los dones ministeriales de Efesios 4:11) es el don del Espíritu Santo. Y este particular don del Espíritu Santoiv, tiene nueve manifestaciones. Me gusta llamarlos las herramientas de la caja de herramientas del Espíritu Santo. Cada una de las manifestaciones viene con el paquete del Espíritu Santo (tu espíritu santo), que fue recibido como el nuevo nacimiento, y cada creyente tiene la habilidad para usar cada uno de los nueve si él lo desea. Como con la capacidad eléctrica de tu casa, la única fuente (el Espíritu Santo) energiza tu espíritu santo (las luces, el radio, el horno, la lavadora de ropa o de trastos, la refrigeradora, etc.). En el caso de hablar en lenguas, tu acción de fe es mover tus labios y tu lengua. El Espíritu Santo honra esa fe supliendo las palabras. Por lo tanto es la responsabilidad del individuo usar lo que el Espíritu Santo da libremente, y Él, suple cada vez que tú eliges usarlo. Las otras manifestaciones de I Corintios 12 también trabajan de la misma manera. Hay una mutua naturaleza para la operación de las manifestaciones del Espíritu Santo. Nuestro trabajo es fe La fe incluye la libre aceptación del don dado por el Espíritu Santo. Cada individuo que desea hablar en lenguas, por ejemplo, debe determinar encontrar al Espíritu Santo, a medio camino, con suficiente fe para mover sus labios y su lengua, así como suplir aire a través de sus cuerdas vocales. Decidir caminar en fe para hacer estas cosas es importante como liberarse del don especial de pensar. Tú siempre estás a cargo de tu propia voluntad ya que Dios, a diferencia del diablo, nunca te posee o controla. Pregúntale a cualquiera que ya habla en lenguas ¿Pueden ellos comenzar o terminar a voluntad? ¿Pueden cantar, gritar o musitar en lenguas? Sí, Dios nunca sobrepasas el libre albedrío de la persona. Hacerlo violaría las leyes inmutables de

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