Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 20 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Dejemos que el Señor levante la neblina Creo que el Señor quiere levantar la neblina en todos y cada uno de los de Su pueblo. Creo que Él quiere enseñar a cada uno cómo estar seguro acerca de Su voz para ellos. Él lo hizo con Samuel cuando era un jovencito aprendiendo a ministrar delante del Señor en el templo. Creo que Él lo hará contigo para que tú aprendas a oír Su voz-cómo suena en tu espíritu. Será en forma diferente a cómo lo ha sido para mí, así cómo para Samuel fue diferente de cómo fue para Moisés, para Pablo, el apóstol Juan y para aquel “cierto discípulo,” Ananías. Tú no eres menos importante para el Señor. Creo que el deseo del Señor de comunicarse contigo no es sólo el anhelo de tu corazón, sino el de Él también. Es mi oración que este libro pueda en alguna forma ayudarte a obtener el gozo de escuchar, confiar y obedecer a la voz del Maestro. Este es el tesoro que el salmista valora tan enfáticamente en el Salmo 119 al cantar: Pues tus testimonios son mis delicias Y mis consejeros. (v.24) Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar. (v. 49) Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado. (v. 59) Mejor me es la ley de tu boca Que millones de oro y plata. (v. 72) ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. (v. 103) Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. (v. 105) Recuerda: El Señor está más ansioso de platicar contigo de lo que estás tú de platicar con Él. Te llevará a una relación más profunda y Su forma será diferente respecto a otros puesto que tú eres único para Él. He usado mis ejemplos sólo como ilustraciones de cómo el Señor trabaja conmigo. Dios tiene un programa personal de entrenamiento para ti, así que no te preocupes si las experiencias de otro no son las mismas tuyas. Ora para que tu seas capaz de escribir un libro mucho mejor que este, compartiendo cómo el Señor trabaja contigo.

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