Cenando a la mesa del Maestro

� Copyright 1997, 2006 - Paul D. Norcross Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.KingdomFaithMinistries.Org . 114 Cenando a la mesa del Maestro: Aprendiendo a oír la voz del Señor Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros. En cuanto a Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los que en él esperan. Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? Dios es el que me ciñe de poder, Y quien hace perfecto mi camino; Quien hace mis pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas; Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con mis brazos el arco de bronce. Bíblicamente hablando, “luz” a menudo se refiere a revelación de parte de Dios. Este familiar pasaje no está hablando acerca de leer la Biblia para obtener información de cómo ganar la batalla y conquistar al enemigo. Está hablando acerca de recibir una revelación especifica para una situación determinada. Dios le dio a David conocimiento revelado para pelear las batallas contra sus enemigos. “El encenderá tu candelero” significa que Él te dará revelación. La revelación de la Palabra del Señor es perfecta. Es por lo que debemos vivir, por lo que sale de Su boca. Él es una muralla (i.e. un escudo) debido a la revelación que nos da en Su santuario, alrededor de Su mesa. Él nos enseña así como le enseñó a David–a través de palabras. Su método predilecto de enseñanza es a través de palabras dentro de nuestro espírituxxi. Salmos 25:9 Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera. La Biblia declara que Moisés fue el hombre más manso de toda la Tierra. Si el Señor le enseñará al manso y si Él enseña por revelación, es razonable que Moisés recibiera asombrosas revelaciones. El camino del Señor es el camino de la revelación por medio del maná para alimentar a los mansos. Queremos permanecer siempre mansos, delante del Señor, cenando a su mesa tan a menudo como sea posible. Ahora, no podemos decir automáticamente: “Bueno, voy a ser manso delante del Señor.” La mansedumbre se desarrolla. Primero, tenemos un deseo determinado de ser mansos. Segundo, le pedimos al Espíritu Santo que nos haga más mansos, y debemos confiar en Él para comenzar a trabajar con nosotros en esa área–a Su manera y no a la nuestra. Los mansos son aquellos que caen de rodillas delante de Él con todo su corazón. Los mansos son los que reconocen que sin Cristo no pueden hacer nada. Los mansos son los que constantemente van donde Él les dice y aprenden a reposar en Él, a fin de que Él les pueda mostrar Su camino. Entrenando a nuestro hijos El camino del Señor es el camino del liderazgo por revelación. También es lo que Él desea que Sus niños aprendan de sus padres. Proverbios 22:6 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

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